sábado, 3 de septiembre de 2011

No es, pero se parece a veces.


No sé por qué últimamente me ha dado por escribir cosas relacionadas con el amor. El puto amor.

No soy romántica… O tal vez si, pero no lo demuestro. 

Este post no es para hablar del amor en si… Sino de lo que está cerca de él, o así parece. 

Como escribí antes, nunca me he enamorado. Si he querido a chicos, pero tampoco tanto. Y más que querer, era esa necesidad de tenerlos a mi lado porque… si. No había otra razón. No los amaba, pero los necesitaba ahí. ¿Egoísmo? Puede ser. ¿Egocentrismo? No digo que no.

No era amor… Era necesidad de sentirme importante. Y más de una vez, herí a más de uno sólo por el placer egoísta de saber hasta que punto puedo llegar a influenciar en una persona; hasta que punto pueden aguantar ellos por su supuesto amor. Suena mal, pero así lo sentía. Rechazarlos, para luego llamarlos y ver que ahí estaban para mí era algo que me hacía sentir segura.

Mi ex, por ejemplo…. Pobre chico. Vivió conmigo mis peores momentos mientras que yo lo trataba de la patada. Era estúpida y sumamente insegura. Y necesitaba demostrarme que por más mal que hiciera las cosas había alguien que me quería así. Hasta que me cansé de sentirme culpable (o me aterré porque no quería enamorarme, porque sabía que él valía la pena), y rompimos.  Y creo que si pudiese retroceder el tiempo, lo trataría como se lo merecía. Le diría lo que callé en ese momento, y le daría los besos que me aguanté.

No entiendo a veces como las personas no nos conformamos y disfrutamos con las cosas buenas que nos pasan. Es como si nuestro equilibrio no estuviese bien si no estamos a veces mal. Creo, como buen cliché, que necesitamos perder, una y otra y otra y otra vez para saber lo que queremos y darle el valor a las cosas.


Y así. Me voy a dormir que ya me están dando ganas de escuchar Camila con este tema, ay :( 

jueves, 2 de junio de 2011

Estos niños de hoy...

En estos días me pasó algo gracioso. Estaba en la parada del bus, tomándome una malta de lata. Al lado mío estaba una señora con su hijo como de cinco años. Hubo un momento en que me distraje y por alguna razón, baje la mano de la lata de malta, y cuando bajo la mirada ¡El niño se bebía mi malta! No fue que me la quitó, sólo puso su boquita en el pitillo (pajilla), y succionó, y succionó, y succionó. ¡Que descarado el sute ese!

Yo no dije nada. Primero, porque es sólo un niño, y la cosa fue inocente. Segundo, detesto los escándalos. Tercero, soy una pendeja. Cuarto, Está su mamá ahí, es ella quien tiene que llamarle la atención. 

Cuando la señora se dio cuenta, se echó a reír. Y yo también, fue gracioso. Luego, la tipa medio regañó al pequeño (ay no, fulanito, eso no se haceee). Y el niño ni se avergonzó. Yo le pregunté si quería más, porque ya con baba de niño pues yo no quería la bebida. Y el carajito se bebió el resto como si nada. La señora se rió, me agradeció y se fue.

Oigan, si hubiese sido un hijo mío, le doy su pellizco. ¿Qué educación es esa? ¿Luego que será? ¿Le agarrará el tetero a una bebé indefensa? ¿Su pancito a una anciana? NO. He visto al encantador de perros, y a los niños NO SE LES EDUCA ASÍ.

En mis tiempos, yo no era así. De hecho, mis papás me llevaban a sus clases (si, mis papás me tuvieron siendo estudiantes. Si, se comieron el pastel antes) porque me portaba excelente en cualquier lugar.

Se preguntarán ahora cual fue su formula mágica para haber tenido una hija tan perfecta (hasta los 12, ahí me perdí). Si, eso. Regaños y una que otra nalgada. Siempre fui de naturaleza tranquila, pero ya saben, niño es niño.

A mi me pegaron, pero supongo que a la mayoría de mi época también. Claro, lo bueno es que mis papás (o mi mamá, porque mi papá nunca JAMÁS me pegó) no eran unos bárbaros brutos que golpean sin medir ni donde. A mi me daban nalgadas y de vez en cuando un manotón en el  brazo. 

Como sea.

Recordar eso, no me da rencor. Ni estoy traumada. Ni nada. De hecho, creo que de no haber sido por los castigos y las reprimendas, no fuese lo que soy hoy. Porque por cada castigo, había 4 refuerzos positivos cuando hacía las cosas bien. Y amor, y muestras de cariño, y valores. Sobretodo valoresPuedo decir que soy afortunadísima porque me tocaron buenos padres. Aunque no son perfectos, me educaron bien.

No les digo que ahora soy perfecta. Soy  impulsiva, floja, cínica, grosera (de decir groserías), y otras cosas más. Pero soy respetuosa, amable, fiel, honesta, y a veces hasta obediente. ¡Eh, casi soy buena gente!

Ahora veo, por ejemplo, a mis primitos de 3,5 y hasta 8 años… Y… mmm… Bueno, no estoy segura. Sé que son niños, pero insisto que a veces les hace falta mano dura. Pero de es mano dura que no pega, ¿Se entiende?

No estoy de acuerdo ahora con la violencia. Pero hay formas de hacerlos aprender que está bien y que mal. Me choca ver a mi primita de 4 años llorar… no, llorar no, BERREAR, porque no le quise dar un vaso de vidrio porque es por su seguridad. ¿QUEJESO? Ahora lloran y patalean porque no se les da lo que piden.

O los regañan, pero luego como que se les olvida y les dan algo, como un premio. Y no sólo en mi familia los niños son malcriados y llorones (y bellos y cariñosos a veces, por eso los adoro), sino en muchas muchas más de lo que es admisible.

A veces no son niños, son pequeños monstruos destructores y gritones. A mi me gustan los niños, de hecho, me gusta para especializarme la pediatría… Pero hay unos que no son niños, son… feos, de comportamiento, digo. Y ya no les enseñan el respeto a los mayores, ni a los animales o a las cosas ajenas. Simplemente hacen lo que quieren “porque yo quiero”. Más de una vez les he metido un zape para que se comporten, y no me importa.

Y me da terror ver que se puedan convertir en esa gente que hace lo que le viene en gana sólo porque puede. Las cosas no son así. No puedes tomar lo que quieres sólo porque te provoca, no puedes tener todo porque se te antoja, no puedes tratar a la gente mal ni denigrarla porque no es como tú. Y a veces veo a estas niñas feas (que son bonitas) y que rechazan a las demás y son crueles y egoístas, y lo que me provoca es meterla en “la caja de la vergüenza” por días. ¿Esas son las futuras Reginas Georges (Mean Girls, para los que no recuerdan) del mundo?

Cuando tenga hijos…. Yo se los daré a mi mamá para que me los eduque.  Así sé que aunque no serán perfectos, al menos aprenderán a ser ciudadanos más o menos responsables como ella. Y si tienen, al menos, el 30% de su coraje, de su creatividad, inteligencia; más el 40% de la humanidad, bondad, calidez, y honradez de mi papá, serán una buena inversión, ¿no?

Oigan, no se los daré a mi mamá, es broma. Bueno,  no todo el tiempo los tendrá ella. A veces yo también.

En fin. Y ustedes, que opinan?

lunes, 25 de abril de 2011

Contando horas

... Para que? Ni yo misma lo sé. Sólo quise ponerle así a la entrada.


He dejado el blog abandonado porque... Ashfg, a nadie le importa. 


A pesar de que tengo 20, me di cuenta de que sigo viéndome como una niña. Me da pánico crecer, como muchos. Y como muchos (casi hasta hacerse cliché), me aterra enamorarme. Curiosamente, creo que no me da miedo salir herida. Simplemente me da miedo depender y necesitar a alguien, siendo yo tan creída y autosuficiente. Me aterra extrañar a alguien.






Por eso, he rechazado cuanta oferta de relación seria que se me presenta, a pesar de que quiero querer. De verdad. Y no entiendo el por qué de mi miedo si yo también quiero amar. Y tengo derecho, tampoco es que el karma me tenga puesto el ojo, creo yo. Pero esto no tiene que ver con karma. 


Desde hace un par de meses, me veo con alguien. Tranquilos, no me voy a poner a describir sus ojos, o su cuerpo. Sólo sé que lo más sexy que tiene es su cerebro. Aunque a veces sea algo existencialista... Pero siempre me gustaron las causas medio perdidas, que se le hace. ¿Masoquista yo?, no digo que no. 


El hecho es, que desde el principio le dejé las cosas en claro: Nada serio. Ninguna regla. Lo que se diera... Pero nada serio. 


¿Lo bueno? Besa genial, y sus manos hacen marav... ejem, ejem. Lo bueno es que como no somos novios, y ni siquiera estamos saliendo, cada quien hace lo que le venga en gana y no tiene que rendir cuentas. Somos free, yupi. Él me ha hecho olvidar casi por completo ese amor tóxico y no correspondido del que estuve prendada como garrapata un año (Esta parte me asusta). 


¿ Lo malo? Descubrí que soy una loca celosa (que lo oculte no le quita lo grave). Me molesta cuando me dice que va a salir con alguna amiga, o me pongo toda friki cuando no responde los mensajes, y a veces quiero saber todo el tiempo lo que hace. ¿Quien se iba a imaginar que alguien tan dulce como yo iba a tener esa vena obsesiva?


¿Lo feo? Vivimos a una hora de distancia, y es una relación clandestina porque es amigo de un familiar. No, no es el mismo del post pasado... Pero estos dos también son amigos. (juro que no fue premeditado, las cosas se dieron... Maldito twitter). 


Pensándolo bien, lo de clandestino es divertido.


Como sea, a pesar de que las cosas entre nosotros están "claras", y tenemos presente que todo es casual, me conozco. No me enrollo con cualquiera. Me tiene que gustar muchísimo, aunque no lo admita. Ojalá pudiera estar segura de que las cosas se van a quedar en el rango de lo casual, pero no lo sé. 


Una fantasía que siempre tuve fue tener algo clandestino, muy "sólo físico" como para evitar complicaciones... pero que vá. No lo quiero... Pero alguien así es querible hasta para mi, que soy quisquillosísima. 


Lo de enseriarse simplemente en este momento no está en mis planes. Quiero enfocarme en mis estudios. Además vivimos en ciudades distintas. Él trabaja, yo estudio y me la paso ocupada más tiempo del que puedo decir. Una relación de fin de semana no me gusta para mi. No creo en el amor a distancia. Y no, no son sólo excusas.

Pero me da miedo... ¿Y si él se cansa de esto? Sólo pensarlo me entristece más de lo que es sano


El tiempo... El tiempo una verga. Ya veré que hago.


Y bueno, eso. Esto parece más una carta a una revista del corazón que otra cosa, pero es mi blog y escribo lo que quiera. 


Un beso.