jueves, 2 de junio de 2011

Estos niños de hoy...

En estos días me pasó algo gracioso. Estaba en la parada del bus, tomándome una malta de lata. Al lado mío estaba una señora con su hijo como de cinco años. Hubo un momento en que me distraje y por alguna razón, baje la mano de la lata de malta, y cuando bajo la mirada ¡El niño se bebía mi malta! No fue que me la quitó, sólo puso su boquita en el pitillo (pajilla), y succionó, y succionó, y succionó. ¡Que descarado el sute ese!

Yo no dije nada. Primero, porque es sólo un niño, y la cosa fue inocente. Segundo, detesto los escándalos. Tercero, soy una pendeja. Cuarto, Está su mamá ahí, es ella quien tiene que llamarle la atención. 

Cuando la señora se dio cuenta, se echó a reír. Y yo también, fue gracioso. Luego, la tipa medio regañó al pequeño (ay no, fulanito, eso no se haceee). Y el niño ni se avergonzó. Yo le pregunté si quería más, porque ya con baba de niño pues yo no quería la bebida. Y el carajito se bebió el resto como si nada. La señora se rió, me agradeció y se fue.

Oigan, si hubiese sido un hijo mío, le doy su pellizco. ¿Qué educación es esa? ¿Luego que será? ¿Le agarrará el tetero a una bebé indefensa? ¿Su pancito a una anciana? NO. He visto al encantador de perros, y a los niños NO SE LES EDUCA ASÍ.

En mis tiempos, yo no era así. De hecho, mis papás me llevaban a sus clases (si, mis papás me tuvieron siendo estudiantes. Si, se comieron el pastel antes) porque me portaba excelente en cualquier lugar.

Se preguntarán ahora cual fue su formula mágica para haber tenido una hija tan perfecta (hasta los 12, ahí me perdí). Si, eso. Regaños y una que otra nalgada. Siempre fui de naturaleza tranquila, pero ya saben, niño es niño.

A mi me pegaron, pero supongo que a la mayoría de mi época también. Claro, lo bueno es que mis papás (o mi mamá, porque mi papá nunca JAMÁS me pegó) no eran unos bárbaros brutos que golpean sin medir ni donde. A mi me daban nalgadas y de vez en cuando un manotón en el  brazo. 

Como sea.

Recordar eso, no me da rencor. Ni estoy traumada. Ni nada. De hecho, creo que de no haber sido por los castigos y las reprimendas, no fuese lo que soy hoy. Porque por cada castigo, había 4 refuerzos positivos cuando hacía las cosas bien. Y amor, y muestras de cariño, y valores. Sobretodo valoresPuedo decir que soy afortunadísima porque me tocaron buenos padres. Aunque no son perfectos, me educaron bien.

No les digo que ahora soy perfecta. Soy  impulsiva, floja, cínica, grosera (de decir groserías), y otras cosas más. Pero soy respetuosa, amable, fiel, honesta, y a veces hasta obediente. ¡Eh, casi soy buena gente!

Ahora veo, por ejemplo, a mis primitos de 3,5 y hasta 8 años… Y… mmm… Bueno, no estoy segura. Sé que son niños, pero insisto que a veces les hace falta mano dura. Pero de es mano dura que no pega, ¿Se entiende?

No estoy de acuerdo ahora con la violencia. Pero hay formas de hacerlos aprender que está bien y que mal. Me choca ver a mi primita de 4 años llorar… no, llorar no, BERREAR, porque no le quise dar un vaso de vidrio porque es por su seguridad. ¿QUEJESO? Ahora lloran y patalean porque no se les da lo que piden.

O los regañan, pero luego como que se les olvida y les dan algo, como un premio. Y no sólo en mi familia los niños son malcriados y llorones (y bellos y cariñosos a veces, por eso los adoro), sino en muchas muchas más de lo que es admisible.

A veces no son niños, son pequeños monstruos destructores y gritones. A mi me gustan los niños, de hecho, me gusta para especializarme la pediatría… Pero hay unos que no son niños, son… feos, de comportamiento, digo. Y ya no les enseñan el respeto a los mayores, ni a los animales o a las cosas ajenas. Simplemente hacen lo que quieren “porque yo quiero”. Más de una vez les he metido un zape para que se comporten, y no me importa.

Y me da terror ver que se puedan convertir en esa gente que hace lo que le viene en gana sólo porque puede. Las cosas no son así. No puedes tomar lo que quieres sólo porque te provoca, no puedes tener todo porque se te antoja, no puedes tratar a la gente mal ni denigrarla porque no es como tú. Y a veces veo a estas niñas feas (que son bonitas) y que rechazan a las demás y son crueles y egoístas, y lo que me provoca es meterla en “la caja de la vergüenza” por días. ¿Esas son las futuras Reginas Georges (Mean Girls, para los que no recuerdan) del mundo?

Cuando tenga hijos…. Yo se los daré a mi mamá para que me los eduque.  Así sé que aunque no serán perfectos, al menos aprenderán a ser ciudadanos más o menos responsables como ella. Y si tienen, al menos, el 30% de su coraje, de su creatividad, inteligencia; más el 40% de la humanidad, bondad, calidez, y honradez de mi papá, serán una buena inversión, ¿no?

Oigan, no se los daré a mi mamá, es broma. Bueno,  no todo el tiempo los tendrá ella. A veces yo también.

En fin. Y ustedes, que opinan?