Al final, mi ex me visitó. Luego de asegurarle que no pasaría nada (nunca más pasó nada entre nosotros luego que rompimos), que estaríamos en calidad de amigos. Él tenía miedo de verme, pero no sé por qué. Así que le prometí una mañana de amigos normales: ver tv, comida, hablar.
-Nosotros nunca hemos sido amigos normales- me dijo una vez, y es cierto.
Todo transcurrió normal. Hice panquecas de cambur, casi no comí yo, él se comió dos. Y luego nos echamos a ver tv. Yp haciendo zapping, nerviosa, y él cansado porque no había dormido nada.
Basta decir que siempre mentí, y que mis intenciones nunca fueron buenas. Quería tenerlo, no me importaba ser la otra. Me excitaba el hecho que quisiera a su novia y le fuera infiel conmigo.
Lo llevé a mi cuarto, para que durmiera, y al final terminamos los dos echados, hablando. Cada vez más cerca, cada vez sin miedo a tocarnos, hasta que nos besamos, y bueno...
Y salir de ese cuarto, mi cuarto -y la estúpida cama que siempre me va a recordar a èl y su olor, y su tacto- fue como borrar lo que pasó. Su frialdad me dejó perpleja. Dijo que esa era la primera yla última vez que iba a pasar eso.
-No entiendes que quiero a mi novia, y que ella me importa- me dijo más tarde.
Y me provocó gritarle, patearle las bolas, y verlo rogar como una nena. Pendejo, estúpido. ¿Por qué no lo dijiste antes?
Yo pensé que aún me quería, y que si me tocaba y me besaba, era porque sentía cosas por mí, y no que lo hacía por hacerlo nomás.
Felicito a los que son así de fríos, deberían meterse a la política.
He llorado en estos dos días más de lo que he llorado en un año. Y todo por mi culpa, por creer que él sentía algo por mí, por creerme inolvidable e insuperable. Qué estúpida, orgullosa e insegura.